Las piernas quedan bajo el amparo de capas y capas de densa tela teñida en oro y esmeralda. Al andar por las galerías de palacio la doncella se siente flotando pudiendo incluso llegar a descubrir donde conocen al techo los enormes ventanales de la sala. El tocado corrige la postura y exterioriza los pensamientos de su portadora. Entre las costuras de los trajes se lee historia de siglos pasados, siglos de poesía y pintura. Las mujeres homenajean al arte y la aprisionan en sus ceñidos corsés y al tiempo estos les cortan la respiración y elevan sus figuras teñidas de elegante blanco transparente.
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