viernes, 28 de enero de 2011

Flores que enseñan

Enseñar esta de moda, enseñemos pues

La ropa interior es ese gran secreto para todo el mundo a excepción de los que se cuelan en nuestras sábanas. Es el misterio catapultado a la seducción sutil que supone su tan cercano contacto con el cuerpo. Esta vez le damos la vuelta a la tortilla bajo el empeño, una vez más, en ser foco de miradas sutiles, juiciosas o incluso pervertidas, lo que resulta un placer para el egocentrismo.
 Los colores crema y nude se funden, crean el interrogante de donde comienza la ropa y donde acaba la piel, solo un leve lunar en el muslo advierte el cambio. El blanco define a una novia cuya ropa ha sido rasgada de forma armoniosa y romántica por los nervios previos a la noche de bodas. Y el negro, fetiche personal, tiene una tímida presencia pero cuando aparece asusta. Sus finas capas en gasa y túnicas a través de las cuales puede verse todo lo que tratan de no esconder ponen la mente a la misma temperatura a la que se esta en el exterior.
La primavera seduce y se torna voluble con el vals de las piernas que están alborotadas por la presencia de los primeros rayos de sol. Este año las flores  hablan, miran, sienten y como no besan con un rosa de labios capaz de engañar hasta a la mismísima madre naturaleza. ¿Les dará permiso a sus criaturas para salir así a la calle? 













 

miércoles, 26 de enero de 2011

NOTRE BELLE ÉPOQUE

"Contrairement á ce que est admis,
je ne trouve pas que le corps humain soit beau.
 La beauté est dans l´imagination"


domingo, 16 de enero de 2011

antifaz de asesina, antifaz de vida

Y tomaré este revolver y mataré, juro que mataré. Se sostendrá tembloroso en mi mano, entonces dispararé y sin respirar y sin mirar y sin sentir, mataré. Y en medio de toda esa oscuridad brillará el chispazo del disparo. Tras la fría sonrisa psicópata de la que yo seré dueña se derramará sangre de superación, en su contacto con el suelo su color será el de la indiferencia. Me alejaré de la escena del crimen acompañada del eco de mis pasos que confiesan entre susurros el nombre de la asesina, el nombre de la valentía.
No titubearé, estoy armada y si me intentan convertir en marioneta mataré.



sábado, 15 de enero de 2011

Baile en pleno siglo de oro


Las piernas quedan bajo el amparo de capas y capas de densa tela teñida en oro y esmeralda. Al andar  por las galerías de palacio la doncella se siente flotando pudiendo incluso llegar a descubrir donde conocen al techo los enormes ventanales de la sala.  El tocado corrige la postura y exterioriza los pensamientos de su portadora. Entre las costuras de los trajes se lee historia de siglos pasados, siglos de poesía y pintura. Las mujeres homenajean al arte y la aprisionan en sus ceñidos corsés y al tiempo estos les cortan la respiración y elevan sus figuras teñidas de elegante blanco transparente.












lunes, 10 de enero de 2011

Fetichismo de poder

Seguimos hablando de perversión. Entramos en antro con paredes tintadas en rojo, un rojo que simula el amor del tálamo y que va a juego con nuestro pintalabiosm pero que corrompe al romanticismo con sus espejos en las paredes y con el cuero elástico que se pega a la curvilínea silueta de la recepcioncita.
El mundo al revés cobra vida al atravesar las cortinas ligeramente rasgadas y aterciopeladas que pretenden despertar una extraña comodidad en los huéspedes. Esta vez son los gatos los que persiguen al perro, que ladra en un rincón, al tiempo que un desfile de auténticas cats womans se le insinúan.  Resulta muy sutil la forma con la que las fustas azotan al pecado para despertarle del amargo letargo en el que se encuentra en el exterior del local. Los tacones y las uñas postizas son afiladas y alertan del peligro. La gama cromática es la de los colores de los que supongo que será el infierno. Y así de forma extraña dentro de esta corrupción extrema las telas aportan la elegancia y el estilo que este fetichismo necesita. La mujer dominatrix controla la vida por estos paisajes.






















jueves, 6 de enero de 2011

Cuando la araña de la moda teje en negro

La guija no deja opción a ninguna duda. Los dedos se deslizan lentamente por la tabilla de madera y pequeños fantasmas vestidos de encaje, de tul desgarrado, con sombra de ojos negra, mirada perdida y aires grisáceos que ponen los penos de punta, se ponen en pie para vestir los árboles deshojados del invierno. Son los mismos aires de siniestra oscuridad que acompañan ese espíritu fantasmagórico del que esas niñas son dueñas y que atrae hasta el extremo.