Cerrar los ojos, respirar y darle forma a una figura desnuda que se abraza de extraña forma al tejido. Hoy hablo de Alexander Mcqueen que hace poco más de un año suicidó su arte para convertirla en mito. Con él comprendimos como las telas se juran un compromiso las unas con las otras para formar una pieza y que no se trata de ver algo y solo mirarlo. Extravagancia era su adjetivo, tentó a la vergüenza y nos explicó como la moda escribe poemas entre sus costuras. Romántico, raro, oscuro, provocador.
Por todo ello e Museo de Arte Metropolitano neoyorquino ha decido homenajearle con una impresionante alfombra roja el 2 de mayo y después se inaugurará la exposición “Savage beauty” donde sus piezas mas vitales serán expuestas. Una forma de alzar la ya silenciada voz de un genio que ante todo hizo arte difuminando la delgada línea entre lo real y lo irreal.
Otra vez mas, como todo lo que escribes me a encantado.
ResponderEliminarTines talento garibugy
Te vienes arriba eh! Tus palabras me provocan poluciones nocturnas...muajajaajaja
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